miércoles, 31 de enero de 2018

Reportaje: Aquí Nadie Se Rinde

REPORTAJE

Alejandro Fernández. 

Imposible, es solo una palabra que utilizan los débiles que encuentran más fácil vivir en el mundo que les han dado, que explorar el poder que tienen para cambiarlo. Imposible no es un hecho. Es una opinión. Imposible no es una declaración. Es un desafío. Imposible es potencial. Imposible es temporal. Nada es imposible.Muhammad Ali.

¿Por qué a ellos?

La mayoría de los mexicanos tiene un familiar o algún conocido cercano que ha tenido cáncer, de cualquier tipo, no importa el género, la edad o estado, ellos lo han vivido. La gran mayoría de la población de este país, sabe lo que es tener un enfermo de esta terrible enfermedad. Pero, sí con una enfermo de la tercera edad se sufre y ya se sabe hacía donde va a desenlazar esto ¿Cómo será cuando un bebé, que apenas va descubriendo el mundo, le llega a dar esta enfermedad? Muerte, sufrimiento, lucha, resignación y lágrimas. Esto y más es lo que se puede encontrar en esta delgada y frágil línea entre la vida y la muerte. 

Por desgracia, el cáncer no se puede detectar a simple vista, debe de haber una serie de síntomas para que el doctor de su diagnóstico. Algunos de los síntomas que se presentan en el cuerpo, son: Moretones, temperaturas muy altas, anemias e inflamación abdominal. Hay distintos tipos de cáncer infantil, por ejemplo: Leucemia (Cáncer en la sangre) Tumores en el Sistema Nervioso Central, Tumores en el sistema Oseo, Cáncer en los huesos, por mencionar los casos con mayor afectación.   

Muchas personas desconocen qué es el cáncer, otros tantos, la comparan con la muerte. Pero lo que muchos tampoco saben, es que sí se detecta a tiempo y se trata con los medicamentos adecuados, pueden salvar la vida del infante. Otra cosa que la gente no tiene ni idea, es el costo por el tratamiento de esta terrible enfermedad, dependiendo el cáncer, que tan avanzado o que tantas cosas puede llegar a ocupar el niño, llega desde los 100 mil pesos, hasta el millón de pesos, algo que una familia de escasos recursos, no podría financiar. 


De acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud, en México se estima que existen anualmente entre 5,000 y 6,000 casos nuevos de cáncer en menores de 18 años. Entre los que destacan principalmente las leucemia, que representan el 52% del total de los casos; linfomas el 10% y los tumores del sistema nervioso central el 10%. También, el cáncer infantil es la principal causa de muerte por enfermedad en mexicanos entre 5 y 14 años de edad, conforme a las cifras preliminares 2013 reportadas en el Sistema Estadístico Epidemiológico de las Defunciones. 

Pero gracias a personas u Organizaciones no Gubernamentales, muchas personas de bajos recursos se acercan a ellas para que les brinden apoyo en todas las áreas, tanto psicológico como económico y una de estas fundaciones es: Aquí Nadie Se Rinde. 

Mano amiga. 

Y es que no todo el mundo tiene el poder adquisitivo para poder financiar una enfermedad de este tipo. Entonces, ¿Cómo le hacen para sobrevivir a esta enfermedad si es muy cara? Y la respuesta está en aquellos ángeles vestidos de humanos. Gente que le gusta ayudar. Ya que en algún trayecto de su vida, pasaron por lo mismo. Y ese es el caso de Laura Vidales, Presidenta de la Fundación “Aquí Nadie Se Rinde” Impulsada por su hijo Andrés, quien perdió la batalla contra la leucemia, pero dejó una gran tarea a su madre Laura, que es ayudar a quienes más lo necesitan.

Laura Vidales, pionera de la Fundación Aquí Nadie Se Rinde, cuenta que gracias a su hijo Andrés, nace esta asociación para ayudar a los niños que también padecen esta enfermedad. “Nace cuando Andrés se enfermó a los 8 años de una leucemia de alto riesgo y después de 5 años pierde la batalla, pero me deja una tarea muy importante que era ayudar a otros niños como él.”

La madre de Andrés relató que gracias a su hijo, se sabe como pueden apoyar a más víctimas de esta terrible enfermedad. “Él nos decía cómo hacerle con los niños, ya que era usuario del cáncer. Andrés siempre le apostó a la vida, lo que le preocupaba a mi hijo era otros niños que tenían cáncer.” mencionó Laura. 

Laura además de ser presidenta de la fundación, es acompañante de los padres de las víctimas. Quienes al saber la noticia se acerca con ellos y les brinda su apoyo como madre y como presidenta. Ya que ella sabe lo que están sintiendo en esos momentos los familiares de los niños que padecen cáncer de cualquier tipo.

Gracias a la fundación “Aquí Nadie Se Rinde” no solamente ayudan a los niños enfermos, si no también ayudan a toda la familia con ayuda psicológica, en la compra de los tratamientos y programas para las madres de los niños, en donde se les enseña como pueden generar algún ingreso mientras están acompañando a su hijo. 

A los pequeños, los ayudan con medicamentos dependiendo el tipo de cáncer, transplantes de médula ósea o estudios, ya sea para saber  quién va a ser el donador de médula o para saber si el transplante ha evolucionado exitosamente. También se preocupan por el tema emocional, la parte social, en donde acompañan cada semana a los niños que están hospitalizados y poderles dar un rato de sonrisas en esta larga batalla contra el cáncer. 


Y es que a decir verdad, no son seres humanos los que ayudan, son ángeles, que de alguna extraña razón, están aquí a nuestro alrededor y son tan buenos, que con sonrisas, palabras y abrazos, pueden curar poco a poco esas penas, esos dolores y esos sufrimientos que los pacientes y familiares, van cargando. 


“Yo se la entregué a Dios y le dije que él me la había dado, él me la había mandado y el tenía el derecho de llevársela” 
Paula Hernández. 
Madre de Viridiana padeció leucemia.   

Me disponía a retirarme del evento mensual de la fundación “Aquí Nadie Se Rinde” como siempre presuroso para llegar al trabajo, tenía que comer algo. En una mesa habían alegrías en barra o en cuadritos con chocolate, mangos con chile, cacahuates, pensé que eran gratis y pregunté; ¿Tienen algún costo?. Se me acerca una señora con una sonrisa pintada en el rostro y me dice: “Si joven, tiene un costo de 10 pesos, yo elaboro estos productos”. 

El día anterior, la presidenta de la fundación me había comentado que a las mamás de la fundación se les da un curso de como generar ingresos. Así que agarré unas alegrías con chocolate y le pagué los 10 pesos. Le pregunté porque hacía esto y dijo “Tengo 2 hijas una de 15 años y Viridiana que va a cumplir 19 años, gracias a Dios ya salió de observación y como ella me dijo cuando le detectaron el cáncer, vamos a salir adelante y necesito que usted, me de fuerzas y mira ahora en donde estamos” 

Viridiana tenía 14 años cuando le detectaron cáncer en la sangre, hoy está por cumplir 19  años, ya salió de observación y vive la vida al máximo, con risas, bailes y sin duda una madre que la quiere mucho. La cual, le agradece a Dios, por haberla dejado a su lado. 

“Desde el momento en el que ellos (Doctores) me dijeron que mi hija no iba a salir, yo  la dejé en manos de Dios, de hecho, yo se la entregué a Dios y le dije que él me la había dado, él me la había mandado y el tenía el derecho de llevársela (Silencio, empieza a llorar la madre de Viridiana)”

Una madre que dejó a su hija en manos de Dios y también en la fundación. Menciona que en el peor momento de su vida, llegó “Aquí Nadie Se Rinde” porque ella tenía pavor de perder a su hija. La ayudaron en dos cosas, su hija que no se dejó vencer por el cáncer y la fundación que le ayudó psicológicamente, todo de mano de Dios.  

“La verdad la enfermedad de un hijo uno quisiera que fuera al revés, pero me pongo a pensar que sería el mismo dolor que yo siento, ella también sentiría, entonces lo único que nos queda, es salir adelante” mencionó Paula, quien día a día ama más a su hija y no pierde la oportunidad para abrazarla y decirle que la quiere mucho. 


“Yo no tenía ni idea de lo que era la leucemia” Lynda Hernández. Madre de Oliver de 13 años, padeció Leucemia.


Mientras se partía la piñata, un niño de chamarra roja se paseaba en el patio de la fundación. Caminaba de aquí para allá, tratando de encontrar algo. Aún hinchado por los tratamientos de esta asquerosa enfermedad. Aquel jovencito, con cara de niño, se acercaba sigilosamente a una de las tantas piñatas que partieron para recoger los dulces que caían al suelo del patio trasero. 

Él, es Oliver, un jovencito de escasos 13 años, que padeció diez largos años leucemia. Hoy, ya salió de observación después de muchas quimioterapias, bastantes medicamentos, meticulosos cuidados, mucho amor de su madre y un transplante de médula ósea. 

Oliver, es una historia de éxito para la fundación, ya que es el paciente con más años en vencer al cáncer. Su madre Lynda Hernández, contó que tuvo 2 recaídas y que ya no le hacía efecto la quimioterapia, así que les dieron al oportunidad de tener un transplante de médula ósea. 

Aquí Nadie Se Rinde, le ayudó a juntar a Lynda y Oliver la cantidad de 46 mil dólares para que se le pudiera hacer el transplante de médula. La mamá de Oliver mencionó que “Oliver lleva 8 meses con el transplante, va muy bien y estamos muy felices” 

Sobre la fundación mencionó que se encuentra sumamente contenta con el apoyo que les ha brindado, ya que sin ellos no podrían estar contando esto. El apoyo además de  emocionalmente fue económico, los apoyaron llevándolos con otras fundaciones para que se hiciera posible el transplante de Oliver y le agradece a Laura Vidales, quien fue parte fundamental en que Oliver esté con su madre. 

“Yo no tenía ni idea de lo que era la leucemia, nos acercamos a unos doctores que nos explicaron que era cáncer en la sangre, y pues nuestra reacción fue de miedo pero poco a poco lo fuimos enfrentando y vimos que sí se puede” mencionó Lynda. 

Para concluir, la madre de Oliver mencionó que es un orgullo formar parte de esta fundación, pero sobre todo es un orgullo ser la madre de Oliver, ya que le da las gracias a Dios por ser la madre de este pequeño guerrero. 



 “Los niños no dejan de ser niños nunca, aunque tengan cáncer” Miguel Maestro encargado Relaciones Públicas.

Y es que llegar a la fundación, te da paz, se respira un ambiente bueno. Ya que todos te reciben con una sonrisa de oreja a oreja. Ya sea para un donativo, una entrevista o la junta mensual, en donde les hacen diferentes actividades a los niños para olvidarse por un día del cáncer, de ver sus ojos llenos de felicidad y partir una piñata, eso es lo que busca la fundación.

Unos pasos más dentro del garaje y en la entrada principal a las oficinas de la fundación,  hay un muro lleno de manos de colores, firmadas por diferentes personalidades que han visitado las oficinas de ANSR. Desde Ana Claudia Talancón que es vocera oficial de esta gran organización, hasta los gerentes de Six Flags México. Los colores, los diferentes  diseños de manos y sin duda los mensajes es algo que llama la atención a primera vista. 

Miguel Maestro, quien es el encargado de redes sociales y Relaciones Públicas, nos cuenta que llegó para quedarse, ya que eso de ayudar es algo que le agrada, además de que admira a Laura Vidales, quien hace una gran labor con los pequeñines, al apoyar a sus familias desde el minuto 1 que tocan a la fundación. 

Por desgracia Mike, como todos lo conocen en la fundación, nos dio una cifra escalofriante del cáncer, lamentando que esto suceda a quien menos se lo merece como son los niños. “El 5% de los casos de cáncer que se detectan en México son por orden genético, el otro 95, no se sabe por qué es algo al azar” mencionó. 

Sin duda alguna, Maestro, admira a los niños. Pues tras un periodo largo de estar colaborando en la fundación comentó que “Los niños no se rinden, y el cáncer a pesar de que es una gran lucha, puede ser una gran oportunidad para que aprecien su vida, de cuidarla y aprovecharla día a día.” mencionó tras ser cuestionado sobre el significado del cáncer.  

Una de las ventajas de la fundación es que apoyan a las familias, ya que para muchos es imposible poder solventar los gastos de esta enfermedad, a veces muchos no saben a donde acudir y luego ya es muy tarde para poder tratar a los niños. Miguel, nos mencionó que un transplante de Médula Ósea puede llegar a costar 1 millón y medio de pesos. Una cantidad imposible de pagar para muchas familias en México. 



Miguel, es una persona que está muy cerca de aquellos que padecen esta enfermedad y nos comentó que desde que llegó a la Fundación no ha sabido de nadie que se haya quejado. “Yo no he sabido nadie que reclame a la fundación, el apoyo que se les da, son más los agradecidos.” concluyó. 


Viví con la muerte sentada en mi sala” Laura Vidales 
Presidente de la Fundación Aquí Nadie Se Rinde

Y es que volvemos al principio, para nadie es fácil una enfermedad de este tipo y mucho menos para un niño, que está descubriendo las cosas que le da la vida. Gracias a la vida y a Dios, existen Organizaciones No Gubernamentales como esta. Seguro hay más instituciones que ayuden a niños que tienen cáncer, pero sin duda Aquí Nadie se Rinde es amor, es acompañamiento, es sonrisas, es lucha, es ayuda. 

Laura tras haber sido cuestionada sobre el significado del cáncer dijo lo siguiente “Lo primero que representa el cáncer para mí, es dolor. Perdí un hijo por cáncer, viví cerca de 5 años con esta enfermedad, viví con la muerte sentada en mi sala. Después de esto, le di un giro a toda esta parte, además de dolor, el cáncer significa: Esperanza, acompañamiento, sonrisas. Porque muchas de las mamás o de los pacientes llegan y nos abrazan con un cariño muy especial y ahí, en esa sonrisa que nos regalan, ahí veo a mi hijo Andrés.”

Y es que el nombre de la fundación nació gracias al padre de Andrés, que jugaba con ellos luchitas y sus dos hijos le gritaban “Ya papá, ya no más, paz papá” y el papá les contestaba “No, cuál paz, Aquí Nadie se Rinde” y de esta vivencia familiar, nació el nombre.  

Laura mandó un mensaje para aquellas personas que se quejan, que se enojan y que no viven la vida que ellos quisieran “De pronto la gente de ahoga en un vaso de agua, dimensionemos las cosas. Hay gente que está luchando por cosas más serias y que la verdad nunca se rinde, como los niños con cáncer. Mientras haya vida, hay esperanza” concluyó. 

Y es que vivimos en un mundo en donde todos somos propensos a esta terrible enfermedad, seamos chicos o grandes. Lo único que nos queda es disfrutar la vida día a día, agradecer que tenemos salud y que estamos vivos. 

El cáncer es una terrible enfermedad. Algunos seres vivos que no tienen ni idea sobre el cáncer, dicen que les da a las personas que hacen el mal. Yo creo que les da a la gente que tiene las agallas suficientes para enfrentar una batalla larga y dolorosa, a la gente que tiene el valor para salir adelante, a aquellos que aman vivir, a esas personas que anhelan soñar. No a esos que obran mal, si no ¿Qué culpa tiene un bebé que acaba de nacer?

No, que no se confunda, el cáncer es para valientes. El cáncer solamente lo vencen aquellos que quieren seguir sonriendo. Él cáncer es terrible, doloroso y largo, pero como diría Muhammad Ali “Odié cada minuto de entrenamiento, pero no paraba de repetirme: 'No renuncies, sufre ahora y vive el resto de tu vida como un campeón.”

Así ellos y la gente que ayuda a esta noble causa, aquellos que ayudan también merecen una medalla y un aplauso. Aquellos que transformaron lágrimas, miedos y angustias, en sonrisas, abrazos y alegrías. Puede parecer inverosímil, pero muchos de nosotros, de pruebas muy sencillas hemos renunciado. 


Lo que deberíamos de aprender de ellos, son las ganas de vivir, de perseguir sus sueños y que no le temen a la muerte. Que les gustan las batallas y que sobre todas las cosas, Aquí y allá, nadie se va a rendir. Por una simple razón, MIENTRAS HAYA VIDA, HABRÁ ESPERANZA. 





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